Las droguerías eran hasta hace muy poco – y todavía lo son -, un negocio históricamente operado en forma independiente que se abastecía de lo que les vendían grandes cadenas mayoristas. Era un negocio que asumía y todavía lo hace la venta de productos farmacéuticos más como complemento dentro la variada oferta de papelería o fotocopias entre otros productos que nada tienen que ver propiamente con el sector salud. Era un negocio de esquina, como la panadería o las tiendas, sin mayor complicación en normatividad y exigencia profesional. Todo eso ha cambiado desde que en 1998…. y el imparable proceso de modernización donde lo local es trasformado por las tendencias globalizadoras.
Ahora, la tendencia del modelo de droguería de esquina, el pequeño y elemental negocio de venta de medicamentos, sea cada vez más la excepción por la fuerza de las cadenas de comercialización fuertes y modernizadas que permiten abaratar costos y ganar eficiencia: En el caso de Ley 100 está Drogas Continental, mientras que Farmacenter tiene detrás a Copidrogas y Dromayor impulsa a Superpharma y Don Saludero y Droguerias Acuña, con Axa, promueve la red Fava. En lo que se refiere a cadenas nacionales están Olímpica, CAFAM, COLSUBSIDIO, COMFANDI y COFENALCO.
Ya sabemos que están entrando en el país firmas internacionales que han mostrado que las cadenas de drogas modernas con servicios de valor agregado son el camino correcto para el negocio, ejemplo de ello son Farmacity, de Argentina, y Localtel, original de Venezuela. Se habla que Farmacias Ahumada de Chile, Farmatodo de Venezuela y Farmacias Similares de México próximas a entrar.
Se estima que casi el 70 por ciento del gasto en salud que hacen los colombianos corresponde a los productos médicos. En la conquista por estos consumidores los más débiles son las droguerías minoristas, luego las de cadena asociadas al sector salud o a las grandes cadenas de comercio.
Al parecer y según lo dicho por expertos la guerra de las droguerías no será con los medicamentos del POS y sí en satisfacer necesidades en especialidades como el manejo de la tensión o la diabetes, dotación de productos y artículos especializados como ortopédicos, tensiómetros o pañales de varios tamaños para el manejo de la incontinencia urinaria todo esto de gran necesidad, poca oferta y variedad en nuestro entorno.
El horizonte que veremos será como me dijo un docente de la facultad de economía de nuestra universidad algo parecido a lo que pasa en las tiendas de ropa, una tendencia a que desaparezcan los negocios aislados para integrarse en hipermercados al estilo HOME CENTER pero de fármacos y servicios asociados. De hecho el consorcio argentino Farmacity ya entre 2003 al 2007 ha consolidado 14 puntos de venta en Bogotá y nos ratifica la mala hora de las droguerías pequeñas.
Una de las pioneras como red de droguerías en el Valle es Confandi que adicionalmente, a las droguerías en sus supermercados ha montado no pocos puntos de venta, de droguerías en forma de cadena y en alianza con otras empresas como es el caso del MERCAMIO cerca de nuestra universidad, Fundación Valle del Lili o el Centro Médico IMBANACO. Eso, sin contar con dispensarios para atender afiliados a entidades de salud de SOS de la propia CONFANDI.
TF Aura María Portilla Mera
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